1.- Los enunciados del problema son leídos en voz alta a los grupos, empleando algún procedimiento establecido: “¿Cómo…?” o “¿en que medida podríamos nosotros…?” La mayor parte de las veces, las ideas se orientan a aportar soluciones al problema, pero también en algunos casos se pueden centrar en buscarle enunciados alternativos o plantear cuestiones relacionadas con el mismo.
2.- A cada participante se le da un cuaderno de notas de al menos 25 hojas pequeñas. Los cuadernos suelen ser preparados previamente y contienen una información global. En el caso de grandes grupos se especifican además, los tiempos y actividades. Se les pide que escriban una idea por hoja de papel, en algún orden. Las palabras o imágenes aportadas por todos son mostradas, para que actúen como palabras disparo que ayuden a la estimulación de nuevas ideas.
3.- Cuando la escritura comienza a decaer (usualmente entre cinco a diez minutos), las hojas de notas son recogidas.
4.- Primer feedback: las hojas son inmediatamente divididas entre los miembros de los equipos de ayuda y resumidos de forma acordada. Por ejemplo: por frecuencia y/o viabilidad.
5.- Después del primer feedback pueden continuar identificando las ideas más útiles y convirtiéndolas en propuestas practicables.
6.- Finalmente, se envía a los participantes un informe de feedback.