Empresas y organizaciones son cada vez más conscientes de los beneficios y ventajas de desarrollar la creatividad en todo el cuerpo social: más allá de los logros concretos que puede aportar el obtener productos y sistemas innovadores, el incremento de la motivación y de la implicación de los trabajadores produce los efectos más poderosos. Se habla mucho de creatividad, se intenta aplicar técnicas y métodos presuntamente creativos, pero frecuentemente con más voluntad que conocimiento, lo que lleva en muchas ocasiones a resultados frustrantes, cuando no contraproducentes.

Y es que, para aplicar una técnica, especialmente cuando son llevadas a cabo de forma grupal, tenemos que conocer a fondo sus fundamentos. Es decir, por qué funciona. 

En la medida en que seamos capaces de identificar principios y leyes que favorezcan el desarrollo de estos aspectos, seremos capaces de desarrollar las técnicas y métodos más eficaces y apropiados a cada contexto y situación concreta.